Un estudio dentro del estudio, que ampliará el conocimiento de la ciencia sobre la inmunidad que generan las vacunas contra Covid-19. Así se explica la nueva etapa del Proyecto S, ensayo clínico que investigó la efectividad de la vacunación en el control de la pandemia Covid-19 y en la transmisión del SARS-CoV-2 en el municipio paulista de Serrana.
La investigación, que comenzó el 24 de julio con la recolección de muestras de sangre de voluntarios, investigará la inmunidad a largo plazo generada por CoronaVac, una vacuna de Butantan y la farmacéutica china Sinovac. Se extenderá hasta mediados del próximo año con ciclos trimestrales en octubre de 2021, enero y abril de 2022.
Es un proceso largo, pero necesario, ya que aún no hay certeza sobre la inmunidad a largo plazo que brindan las vacunas. “No tenemos un consenso en la literatura sobre cómo funciona el coronavirus, cuánto dura, si habrá una vacuna cada año, si no. Por eso es importante esta investigación”, enfatiza Gustavo Volpe, médico del Hospital Estatal de Serrana e investigador principal del nuevo ciclo del Proyecto S.
Cada ciclo tendrá una duración de cuatro días e implicará la recogida de sangre de los voluntarios. Al analizar las muestras, Butantan podrá observar la evolución de la respuesta inmune, especialmente en la población anciana. El primer ciclo de la investigación, iniciado ahora, tiene lugar tres meses después de la vacunación de la población de Serrana – la inmunización colectiva de la primera etapa del Proyecto S mostró que CoronaVac es 80% efectivo contra casos sintomáticos, 86% contra hospitalizaciones y 95%. % contra muertes por Covid-19.
“Relacionamos la inmunidad con la producción de anticuerpos, pero la inmunidad celular juega un papel importante en la respuesta al coronavirus. Esta evaluación es bastante difícil de medir. Es necesario ver la actividad celular, es decir, medir la actividad metabólica, probar la expresión de algunos tipos de receptores en las células. Tiene muchas formas. Será una evaluación muy completa”, revela Volpe, refiriéndose a la llamada “memoria celular”.
Pasos de investigación
Las muestras recogidas se envían al sector de virología del Hospital das Clínicas de Ribeirão Preto, procesadas y analizadas. Para evaluar la memoria generada por la vacuna, uno de los análisis consiste en poner la muestra en contacto con el SARS-CoV-2 y ver si el virus es capaz de multiplicarse. Las pruebas se realizarán con diferentes variantes, como alfa (B.1.1.7, del Reino Unido), gamma (P.1, Amazon) y delta (B.1.617.2, India). Además, se secuencian muestras positivas para conocer qué variantes circulan en la ciudad y el comportamiento de la vacuna frente a ellas.
Tres meses después, vuelve a empezar. Así, es posible seguir la evolución del organismo en la lucha contra la enfermedad. “Esta etapa del proyecto evalúa cuántas personas seroconvirtieron la vacuna [es decir, desarrollaron anticuerpos para defenderse de la infección] en el estado real. Tenemos estudios controlados de fase 1 y 2 de CoronaVac que demostraron una alta tasa de seroconversión”, explica Volpe. “Vamos a estudiar el tema de la inmunidad celular en la población, la historia de la evolución de los anticuerpos. De esta manera, vamos a ver con anticipación cómo fue la trayectoria de los anticuerpos y las actividades celulares”, completa la doctora.
La nueva fase del Proyecto S será monitoreada por el Comité de Ética del Hospital das Clínicas, Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, Universidad de São Paulo.
